::::::::en construcción...



3 de febrero de 2008

ADIÓS MARCEL ADIÓS



Déjame. Voy a hacerlo. ¿Pretendes contrariarme? Voy a hacerlo. Olvídate. ¿Fundamentos? El hijo y el padre. Piénsalo. La salida está tan cerca ¿Sabes? Una cosa así no puede esperar. Me han dicho que es una infantería de milagro, ya ves, avanza como una infantería, como los carruajes de los lidios avanzaban. La filosofía no te servirá. Se construye en la densidad. No en el fulgor. No tiene nada que ver con el fulgor. Su tesoro es más pequeño, más reservado. No más mediocre. Menos abrasivo. Y es inabarcable también. Pero la promesa es sólo una parte del elemento. Yo no lo podía creer. Pero ahora me dirijo hacia su tormenta, el relámpago romántico, como un jinete, ya ves, como en la canción de The Doors. Soy un jinete. Empiezo a tener miedo. No se lo digas a nadie. Sobre todo no se lo digas a nadie. ¿Me harás el favor? A veces medito y mi pulso tiembla. Una corriente eléctrica de inocencia y sarcasmo. Heráclito no mentía. A veces se igualan los verbos, se pervierte el significante porque el asco es brutal. Demasiado asco. Construir. Destruir. Siempre lo pensé. Pero ahora, al fin. El propio conocimiento organizado lo advierte al definir galaxia: masivo sistema de estrellas, nubes de gas y polvo, materia oscura, y quizás energía oscura, unidos gravitacionalmente. Todo va a quedar en nada, me han dicho. Nunca creí en la inmanencia. La geometría, ningún tratado, tampoco la noción de Dios, espíritu y cuerpo. Nada concibe. Aguardo aquello que aguardaría si fuese a morir. Pero no voy a morir. Es como una eyaculación: rápida, intensa, concentrada, más allá de la vacilación del orgasmo. Una bella eyaculación que va a morir a las sábanas. La belleza. Nada más allá, también participa. No entiendo cómo puedes quedarte aquí. Todo esto apesta. Es como aquel cuento del mendigo de Oklahoma City. Ya escucho los caballos. Realmente son como una jauría inquieta. Hambrientos, parecen hambrientos. No puedo creerlo. No entiendo cómo puedes quedarte aquí. ¿Recuerdas a Aquiles? Melancolía y Fortaleza. Es posible. Ráfagas de polvo sobre la piedra. Esos relinches lejanos por los que preguntabas son la señal. No hay duda. No hay duda. Ya ves. Qué inútil fue la infancia ¿verdad? Ahora, ahora. Mira mi mano: qué fragilidad. Asfódelos o edificios contra el viento, da igual. La intensidad reagrupará miles de brazos, de mitos, de ecuaciones. De equivalencias. De daños. Nadie dijo restituir. Abrázame. No me olvides, promételo, no me olvides. Quizás en silencio, en silencio…

-Ten cuidado, le advirtió Junio, ten cuidado…



Vídeo Deluxe - Gigante

0 Comments: