::::::::en construcción...



28 de agosto de 2008

DEL SER AL JAOS

fragmento de mi trabajo académico acerca del pensamiento sobre la creación de María Zambrano y Chantal Maillard


(…)

Para Maillard, la modernidad de Zambrano contiene conceptos erosionados por el paso del tiempo. En primer lugar, la pretensión, por parte de Zambrano, de interpretar una realidad subyacente, la explícita voluntad de captación que la razón-poética asume en cuanto a la naturaleza escindida del sujeto. Si, tal y como piensa Maillard, esta temática ha sido rechazada (1998, 146) se requiere entonces un replanteamiento de aquel análisis en términos “de profundidad” realizado por Zambrano del sujeto, ya que la suposición de un centro de la persona que se ha de desvelar en el hacerse mismo de la historia, concibe a su vez “un ser que nos constituye antes de la historia y que debemos recuperar dialécticamente” (Maillard 1998, 147). Este no es el objeto de la razón-estética, no este ser. Ya se ha expuesto en el apartado anterior cómo la lógica del suceso imposibilita la construcción de cualquier personalidad independientemente de la construcción de la realidad entera en el acontecer. Por este motivo el objeto de la razón-estética debe ampliarse vaciándose del exceso de ser, asumiendo el territorio de lo indefinido, el vértigo del jaos, la posibilidad en sí misma, y evolucionar entonces desde la línea confusa del límite.

Es de suma importancia en el pensamiento acerca de la creación de Maillard la concepción del arte como conocimiento de las posibilidades del jaos [1]. El acercamiento al jaos ya no es ese tímido estado de abertura mencionado en el contexto de la razón-poética zambraniana, sino que requiere participación, conciencia lúdica, creación en la estética, pues “sólo estéticamente puede un hombre penetrar en el abismo sin que éste lo engulla” (1998, 77). El artista es por ello un mediador, pero la mediación no debe consistir en traernos a la superficie verdades provenientes de un mundo trascendental, sino mostrar las partes ocultas sin por ello hacerlas visibles en su totalidad de absoluto. Debe “mostrar las posibilidades en su posibilidad” o lo que es lo mismo “destruir los prejuicios de la visión” (1998, 77) sin salir nunca del límite. El límite para Maillard es el lugar imaginario planteado como postulado de la posibilidad, a medio camino entre lo innombrable y lo conocido. El límite posee además distintas categorías, entre la cuales sobresale la sugerencia. El vacío, lo inacabado, la ruina o lo imposible también serían categorías del límite. La función de todas ellas es la de iniciar el mundo de las posibilidades para el artista. Hay que subrayar la correspondencia, indiscutible, a mi modo de ver, entre las posibilidades del jaos en Maillard y la voluntad de captación del devenir, ya que la ruina, la sugerencia no darían fe sino de lo inacabado, y lo inacabado es, estéticamente, en cuanto imagen o en el poema, lo que está siendo, lo que nunca deja de estar siendo (1998, 78), tal y como ya se había encargado de enunciar Deleuze en su “Lógica del sentido”: el puro devenir, lo ilimitado, es la materia del simulacro en tanto que esquiva la acción de la Idea.



[1] Maillard utiliza la “j” en la transcripción de la palabra griega χάος . Con ello pretende diferenciar su acepción actual como “caos” de la más cercana etimológicamente “jaos”, como abertura o abismo.

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­­­­Maillard, Chantal. La razón estética. Barcelona: Laertes, 1998.

Maillard, Chantal. En la traza. Pequeña zoología poemática. Breus CCCB. Barcelona: Centre de cultura contemporània de Barcelona, 2008.

Maillard, Chantal. La creación por la metáfora. Introducción a la razón-poética. Pensamiento crítico/Pensamiento utópico. Barcelona: Anthropos, 1992.

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23 de agosto de 2008

LOS AMANTES. BORRADOR #1.



L'angoisse de l'amour te serre le gosier

Apollinaire


él se dice, mejor así,
él es un capítulo
él es un abalorio de setenta kilos
él es una báscula que deforma el peso de los cuerpos,
mi cuerpo,
él es algo infecto.

ella dice, no. tú crees.
tú colmas con litros de vanidad los vasos
que yo soy incapaz de beber. mi sed enferma. mi voracidad que tuve, enferma. aquella danza rubia que fui, pura, casta, adolescente con adornos de lino sobre una piel que va infectándose de las epidemias del mundo

pero sin ti.

eres minúsculo, bello, te erizas sobre mí,
me penetras...pero ya te has ido, dice él.
como aquella balaustrada de capri,
frente a aquel horizonte marino,
ansioso de otra dosis letal,
tus ojos como dos bolsas de cocaína,
me convenzo
en tu olvido pero no puedo

surgen, de repente,
del mar tus ojos

dos bolsas de cocaína, dice él

pretendo escribir sobre tu pecho
la sucia canción del instante que nos separó de nos-otros.
pero sin recordar. hundiré el último eslabón
con forma afilada sobre mi cráneo.
caminaré.
ésa será mi espera, dice él,
no me llevará a ti el recuerdo.

entérate
porque yo no busco el espacio abierto sino los límites de nosotros contra las cosas.
separar la masa infecta. infectar-nos. desintoxicarnos.
debilitar toda la creencia en la inestabilidad de los puntos y los segmentos.
te lo ruego, dice ella,
te lo ruego
te lo ruego
yo no completo el paisaje sólo diviso las cosas
contrayéndose,
agrediéndose,
haciéndose espejos
de mi falsa coartada.

no me dejes partir sola.

son las trayectorias a las que me sumo las que me dicen: ven.
me subo a él como a un tren, dice él.
no es moral vacua que me empuja o una creencia topográfica en rostros enfermos, una consciencia natural, algo eidético. no. yo me subo. diviso una trayectoria que ya está en proyección y la habito, la fecundo, la contemplo, la hiero, la destruyo.
yo te amo, dice él, pero no valen la pena los trabajos del amor.
alzas arquitectura efímera dispuesta
sobre una trayectoria, un tránsito veloz que devora las cosas,
tu cuerpo
mi cuerpo
la voz y sus espasmos que piden:

construcción
b
s
t
r
u
c
c
i
ó
n

nos equivocamos.

pero qué hay de las decisiones, del cambio de rumbo? dice ella.
por qué destruir lo que nos reconforta, lo que nos abre la piel en tiempo?
no soportas la angustia, dice ella,
entrar y salir es fácil, fascina.
pero yo hablo de decidir. cambiar el rumbo.
hundirnos a muerte en la brea de la angustia del amor.
confundir-nos en el curso.

no, dice él, mientras le mira, aún desnudo, nunca desnudo, se despiden, adiós, dice ella, mientras le mira, empapada, aún tiembla, siente la ligereza en sus piernas, ante la puerta, ante su presencia, nunca presencia.





..................................................Amantes, R.Magritte